Por Lic. CESAR AYBAR
(A propósito del gasto de RD$9,700 millones en alimentación escolar)
Estimados hermanos dominicanos: Me animo a escribir por esta vía para trasmitir un poco de mi experiencia y un poco de lo que pienso, siempre con la mayor humildad posible y el mayor respecto para todos aquellos que disientan de mis puntos de vista. Hace unos 12 años que iniciamos el proyecto que hoy se llama Nikay Bio Proceso, SRL.
Tenemos unos 12 años tratando de hacer cosas diferentes mediante el desarrollo de productos y procesos innovadores para el mercado nacional e internacional. Como dominicano, siempre me ha intrigado el hecho de que la mayoría de nuestros pequeños y medianos productores del campo nunca pasan de ser productores para sobrevivir, y van de quiebra en quiebra y de rubro en rubro, tratando de lograr lo que todos anhelamos: Vivir dignamente.
En los últimos años hemos trabajado hombro a hombro con productores de diferentes regiones de nuestro país. Los principales problemas para emprender un verdadero desarrollo de nuestros pequeños y medianos productores del campo, es la falta en ellos de cultura cooperativista, la visión de corto plazo en el negocio, la falta de manejo integral de los mercados y la falta de una cultura de calidad en la producción agrícola y en la cosecha y post cosecha del rubro que se trate.
A todo eso se suma el hecho de la falta de comprensión de algunos funcionarios responsables de agencias del gobierno que tienen que ver con programas sociales de alimentación, que no entienden que cuando consumen el presupuesto nacional con pulpas extranjeras para suplir con jugos esos programas, están promoviendo el desarrollo del campo de otros países y condenando a la pobreza, a la quiebra y a la sobrevivencia nuestros pequeños y medianos productores.
Es cierto que hay muchas deficiencias, pero cuando no se es indolente y se quiere, se les buscan las soluciones a los problemas, no por la vía más fácil, sino por la más conveniente para la República Dominicana y nuestros productores.
Es comprensible que en el mercado abierto, los comerciantes importen lo que les parezca más conveniente para sus negocios, es libre comercio. Lo que no es comprensible es que el Estado consuma productos en sus programas sociales que son competencia de los que producimos en República Dominicana.
Podrá haber muchas excusas y muchas razones para justificar lo expuesto, pero ninguna es suficiente para justificar los rostros tristes de pequeños y medianos productores al ver perder sus cosechas por falta de mercado. Gente trabajadora sometida a la pobreza por la indolencia y la indiferencia de algunos.
Sé que los países desarrollados o con mayor desarrollo que nosotros ofertan tal vez mejores precios, pero a la larga, el país lo paga y lo pagará muchas veces más caro, de no producirse cuanto antes un cambio de rumbo en ese sentido.
En cuanto a mis hermanos dominicanos les digo: en la medida de lo posible, consumamos lo nuestro, en primer lugar. Es una forma efectiva de promover el desarrollo y la disminución de la pobreza en República Dominicana.
Artículo publicado en almomento.net, Reproducido por considerarlo de actualidad.