Celso Juan cita ocho retos de las industrias
El nuevo presidente de la Asociación de Industrias (AIRD), Celso Juan Marranzini, presentó los principales retos para el sector industrial y para el país en términos productivos.
En el 2018 avanzamos. No estamos donde queremos estar, pero tampoco estamos donde estábamos inicialmente. Es nuestro deseo más profundo que en 2019 muchas de nuestras metas inconclusas sean alcanzadas o, por lo menos, se avance tan significativamente que a final de año todos podamos regocijarnos.
El sector industrial dominicano está más que consciente de las transformaciones que se producen en la manufactura y en el intercambio comercial a nivel internacional. También estamos conscientes de que no responder a estos cambios a tiempo y del modo adecuado, es perder la oportunidad de constituirnos en la potencia industrial de la región que tanto hemos soñado.
La cuarta Revolución Industrial, nuevas tendencias hacia la regionalización de los flujos de comercio, el cambio climático, cambios políticos y sus consecuentes efectos sociales y económicos serán factores a tomar en cuenta para nuestro necesario crecimiento.
Estamos ante una magnífica oportunidad de dotar a República Dominicana de una base fuerte para el desarrollo económico y social para los próximos años, siempre que logremos hacer los cambios que se han logrado para otros sectores, con una visión y reglas constantes de largo plazo, porque el desarrollo social más sólido es el que se fundamenta también en el desarrollo sostenible tomando la industria como punta de lanza. En ese sentido, queremos expresar algunos de los retos fundamentales que tenemos como nación y sector para el presente año:
Aquí los retos enunciados por Celso Juan Marranzini.
PRIMERO. Es un reto continuar fortaleciendo alianzas con los demás sectores productivos, turismo, agroindustria y zonas francas. Juntos podemos aumentar más las compras nacionales dando más valor agregado nacional a nuestras exportaciones, generando más divisas y multiplicando las oportunidades de empleos formales para que los miles de jóvenes que hoy se encuentran desempleados se conviertan en entes productivos para sus familias y la sociedad.
SEGUNDO. Tenemos el reto de atraer nuevas inversiones, ampliar la capacidad productiva, que las industrias trabajen en nuevos productos para las necesidades de los mercados nacional y de exportación, nuevos procesos para ser más eficientes, seguir avanzando en equiparar el nivel de educación de nuestros profesionales del mañana al de los de países desarrollados para la creación de más empleos formales que realmente brinden más oportunidades a los dominicanos.
TERCERO. Es un reto pasar de ser un país de importadores, a uno de exportadores, cambiar los déficits de balanza comercial por superávits, llegar con una gran cantidad de productos dominicanos a los mercados de los países que hoy inundan con sus productos los anaqueles de los comercios de nuestro país y de otros mercados, lograr aprovechar los TLC´s que hemos suscrito con países como Estados Unidos y Europa, que poseen en conjunto más de 700 millones de consumidores con el poder adquisitivo per cápita más alto del mundo. En ese sentido, aspiramos a lograr la meta de US$15,000.00 millones en exportaciones
CUARTO. Al declarar 2019 como año de la Competitividad y la Innovación es un reto seguir avanzando en las condiciones que hagan posible la innovación, la competitividad y la generación de muchos más empleos formales desde el sector industrial, conscientes de que la mejor política social es un empleo bien remunerado. A la vez es una oportunidad para ir más allá y lograr que la Republica Dominicana pase a ser un país pionero en la atracción de inversiones en manufactura debido a los niveles de competitividad e innovación que pudiera ofrecer.
QUINTO. En ese sentido, es un reto que el arduo trabajo realizado en el seno del Consejo Nacional de Competitividad, presidido por el Presidente Danilo Medina, en donde fueron acordadas más de 80 medidas muy importantes para la competitividad del sector y la promoción de las exportaciones industriales, incluyendo la extensión de las facilidades de la Ley de Proindustria (542-14), entre ellas: La renovación de la reinversión de utilidades en la compra de maquinarias y equipos; y la depreciación acelerada; el no pago de ITBIS en Aduanas para la adquisición de maquinarias y equipos; la eliminación de la retención del ISR a la publicidad y promoción en el exterior) así como mecanismos ágiles para la venta y compra sin ITBIS de los productos exportables, entre otros, sean sometidas por el Poder Ejecutivo y aprobadas por el Congreso Nacional.
SEXTO. Es un reto continuar tomando las medidas necesarias para fomentar la formalidad de las empresas o como ya se ha dicho: que ser formal no salga tan caro y que ser informal no valga la pena.
SÉPTIMO. Es un reto poder contar con un Código Laboral que facilite el crecimiento del empleo formal; la firma del Pactó Eléctrico; la aprobación de una Ley de Ordenamiento Territorial; una ley de residuos que no grave las materias primas y más que prohibir el uso de ciertos bienes, promueva la economía circular y la educación para la buena disposición de los residuos.
OCTAVO. Por ser el Año de la Competitividad e Innovación también es un reto profundizar la relación Academia-Sectores Productivos, con el apoyo estatal, de modo que la educación superior de calidad, la inversión en I+D+i y la formación de profesionales para un mundo globalizado contribuyan a fortalecer el quehacer industrial en República Dominicana.
Los industriales soñamos con una nación próspera. Invertimos en nuestro país y queremos que sea orgullo para todos los dominicanos el HechoenRD.